Listas Levante-EMV » VI Edición - 2017

Mi llegada a las fallas.

Cuando llegué a la estación del Norte de Valencia, vi la inmensa cantidad de gente que bajaba de los trenes. Gente que eran vomitados por trenes de cercanías. Cuando bajé, la multitud, me transportó en volandas por la estación hasta la maravillosa entrada, una estación digna de cualquier cuento de hadas. Una joya arquitectónica, solo por verla valía la pena ir a Valencia. El olor a pólvora, buñuelos llenos de azúcar, azahar, y millones de flores más inunda mi ser. Vi pasar turistas, hombres, mujeres, falleras y falleros. Gente que va de un lado a otra admirando los monumentos efímeros.