Listas Levante-EMV » V Edición - 2016

TAMPOCO

“Ojo por ojo”! gritaba un ninot enloquecido mientras incendiaba mi habitación, continuando luego su obra destructora.
Mal despierto, humeando, corrí a la escalera de incendios y me vine al consulado.
El cónsul llamó a los bomberos pero estos no habían recibido ningún aviso. Así que me cogió y me llevó donde me alojaba, enfrente de una falla: El hotel estaba incólume.
¿Así que este edificio estaba en llamas hace una hora? Dijo el cónsul dándome unas palmaditas, llenando la recepción de pijama chamuscado y asombro.
Esa noche, diecinueve de marzo, festividad de san José, la falla, ardió.
Como todas.