Tan esperado momento

Ahí estaba yo. Sintiendo el sol penetrar a través de mi cuerpo de cartón y balanceándome de la mecha que me haría estallar en unas pocas horas. Mi sueño se haría realidad. Creado en exclusiva para esta ocasión, iba a poder hacer enloquecer a toda una multitud durante unos minutos. El último «tro d’avís» volaba sobre el cielo de la plaza. Eran las 14h, y la voz de nuestra Fallera Mayor de Valencia ya había dado la orden. No podía pedirle más a mi corta vida.