El Abuelo

-¡Abuelo, abuelo… cómpranos petardos! –grita el pequeño tirándome del abrigo.
-¡Sí, y que sean de los gordos. De esos que hacen mucho ruido al explotar! –apostilla su hermano mayor.
-Pues yo quiero buñuelos con chocolate –les interrumpe la niña señalando con el dedo uno de los puestos feriantes situado junto al ayuntamiento-. Tengo ganas de merendar.
-¡Malditos mocosos, hay que ver cuánto os gusta la fiesta! –les respondo yo con cara de gruñón, mientras mi corazón estalla de felicidad. La misma felicidad que se dibuja en sus caras cada vez que por Fallas vienen mis nietos a visitarme.