Listas Levante-EMV » VII Edición – 2018

Como un manojo de rosas

Miraba atento aquella canastilla de flores que tenía delante. Sentado en la acera de la plaza del Ayuntamiento, sus ojos no se apartaban del haz de flores que brillaba a la luz del atardecer. Contemplaba la Ofrenda de Flores. Y recordaba. Evocaciones de fallas cincuenta años atrás, de comisiones y desfiles. Y muchas emociones. Su mujer desfilando con su flamante ramo de flores blancas. Fueron años felices. Pero Amparito se fue para siempre en una noche de luna llena. Y Vicente veía en la canastilla el ramo y el rostro de su mujer, tan bella como un manojo de rosas.